Después de una de las mayores nevadas que se han presenciado en nuestro país a lo largo de la historia, queda muy clara la importancia de mantener una vivienda a una buena temperatura, en especial en los meses tan fríos de invierno. Sin embargo, esto puede suponer un coste muy alto, ya no solo en lo que se refiere a la parte económica, sino también en cuanto a la energía.
Por este motivo, apostar por algunos procedimientos ecológicos como puede ser la energía solar para mantener las viviendas a temperaturas adecuadas puede ser la solución para gran cantidad de personas. Por este motivo es muy importante conocer cómo funcionan este tipo de energías para poder usarlas de manera adecuada y no tener más problemas de preparación en caso de una bajada repentina de las temperaturas.
Los sistemas solares térmicos aportan múltiples beneficios debido a que aprovechan el calor producido en las radiaciones para calentar los hogares, establecimientos, y cualquier otro tipo de propiedad. Además, también utilizan dicha energía para calentar el agua caliente, la cual puede ser utilizada también para diferentes competencias y que está claro que son necesarias para vivir, como por ejemplo, en lo que respecta a la higiene personal de las personas. Existen varios equipos dentro de un sistema de energía solar térmica.
Esta es muy recomendable ya no solo para los usuarios, ya que económicamente también supone un ahorro importante (principalmente porque se consume gran cantidad de energía solamente en calefacción), sino que además también contribuye a la conservación del planeta y a un buen cuidado del medio ambiente.
Existen diferentes tipos de paneles solares, por lo que es necesario informarse y poder elegir el que mejor se adapte a las necesidades que tenga cada vivienda. Uno de ellos, es el sistema solar térmico plano, el cual es uno de los más antiguos que hay, y también de los más utilizados. Se compone de una placa para la absorción del color oscuro, una cobertura de aislamiento y un fluido para transportar el calor al agua. Este sistema es más barato y de menor coste general, y se puede utilizar para cualquier tipo de clima, a pesar de que tiene una eficiencia más baja con respecto a otras alternativas como los paneles de tubo de vacío.
Una vez que se ha adquirido el sistema deseado, se deberán tener en cuenta otros aspectos antes de empezar a utilizar la energía solar. Lo primero será calcular el tipo de espacio que necesitan los paneles, así como dónde se van a ir colocando los paneles solares y el acumulador. También será importante tener en cuenta las características de la vivienda, la cantidad de personas que se encuentran residiendo en ella, así como los metros cuadrados de la misma. Esto es debido a que no será lo mismo cubrir, por ejemplo 50 metros cuadrados de calefacción, que 160. Además, para cubrir la mayor cantidad de necesidades posibles a través del agua caliente y la calefacción también será necesario contar con algunas fuentes auxiliares que puedan ayudar, como es el caso de las calderas eléctricas. De esta manera, se conseguirá aprovechar los recursos naturales para crear energía, y no solamente se ahorrarán grandes cantidades económicas, sino que se podrá poner un granito de arena para el cuidado del medio ambiente.
Y eso es, sin duda, algo sumamente importante en tiempos en los que el calentamiento global y la contaminación están tan presentes y son un problema cada vez mayor para el mundo tal y como lo conocemos hoy en día.